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La algarroba y el algarrobo –garrofa y garrofer, en catalán– son la sublimación del mediterráneo. He aquí dos cervezas. La sombra fresca del algarrobo en un entorno de secano en donde esconderte de un sol desbocado. El sabor humilde, pero complejo de la algarroba, y la calidez acogedora.
La artemisa, tan propia de nuestros parajes, aromatizaba la cerveza en tiempos antiguos. Ahora, la devolvemos a sus orígenes, con otro ingrediente mediterráneo, la algarroba, presencia decisiva en esta mezcla, un canto a la cultura ancestral. Artemisa y algarroba confluyen para recrear un placer gustativo milenario y desconocido: cerveza rupestre.
La Garrofera Dorada es la cerveza universal, fresca de entrada y salida, con una persistencia elegante en boca. La algarroba se presenta con un color dorado de oro viejo. En el primer trago disfrutamos de la dulzura golosa de la algarroba, compensada por el amargo de la artemisa y del Cascade, el lúpulo seleccionado. En boca percibimos el deje de algarroba y la frescura de la hierba tierna y la artemisa. Esta cerveza de paisaje es ideal para tomar con amigos en un ambiente distendido. Siempre te beberías dos…